jueves, 1 de febrero de 2018

Reseña sobre Luisa Cáceres Díaz de Arismendi

Luisa Cáceres Díaz de Arismendi (Caracas, 25 de septiembre de 1799- Caracas, 2 de junio de 1866) llegó a ser uno de los personajes femeninos más insignes de la historia venezolana y es la heroína más relevante de la gesta de independencia de Venezuela. Era esposa del General Juan Bautista Arismendi, con quien tuvo 12 hijos.

Luisa Cáceres Díaz de Arismendi nació en Caracas - Venezuela el 25 de septiembre de 1799, hija primogénita del matrimonio formado por el distinguido pedagogo José Domingo Cáceres de origen canario, y su esposa Doña Carmen Díaz. Su padre, profesor de latín y gramática, se ocupó de enseñarle a leer y escribir, así como la instruyó en los principios y normas morales propias de la época y que fueron puestos a prueba durante los años de cautiverio y destierro de la joven patriota. Tuvo dos hermanos menores, Félix y Manuel Cáceres.

Como era tradición en la época, su educación es orientada para ejercer las labores propias de una esposa y de una madre. No recibió instrucción escolarizada, como la mayoría de las mujeres de su época.
Desde muy temprana edad, Luisa Cáceres se distinguía por su hermosura. De estatura mediana y bellas facciones, llamaba la atención por su porte y gentileza. En el año de 1814, antes de cumplir los quince años de edad, fue pedida en matrimonio ante sus padres por el coronel patriota Juan Bautista Arismendi, 24 años mayor que ella y viudo hacía pocos años de Doña María del Rosario Irala.

heroína de la Guerra de Independencia de Venezuela. La emancipación definitiva de Venezuela no llegaría sino diez años después de su proclamación el 5 de julio de 1811; los años que siguieron a esta fecha pueden ser fácilmente catalogados como los de la barbarie por el encarnizamiento y crueldad con que los españoles intentaron a toda costa retener la colonia.

Particularmente, 1814 fue un año difícil para la naciente República; las fuerzas patrióticas al mando de Simón Bolívar emprendieron la retirada de Caracas tras la brutal irrupción de José Tomás Boves. Los acontecimientos de aquel año marcarían definitivamente la vida de la joven Luisa: en marzo de 1814 su padre, Domingo Cáceres, murió a manos de las tropas de Francisco Rosete en el asalto realista a la guarnición de Ocumare; su hermano Félix, que formó parte de una fracasada expedición que tenía como objetivo recuperar la guarnición, fue capturado y ejecutado diez días después.

Estos sucesos desencadenaron un gran éxodo de caraqueños, muchos de los cuales huyeron en la llamada Emigración a Oriente. La joven Luisa, acompañada de su familia, formaba parte de aquel contingente humano. La travesía tuvo como destino final la Isla Margarita; sin embargo, no todos corrieron la misma suerte: la cantidad de decesos fue considerable y los supervivientes menos afortunados tuvieron que permanecer en tierra firme.
La familia Cáceres, reducida a Luisa, su madre y un hermano menor por causa de la muerte de tres de sus tías durante el trayecto, logró en agosto de 1814 pasar a la isla, donde el general Juan Bautista Arismendi, destacado líder patriota, les brindaría protección y manutención. En medio de temores, refugios y amenazas, Luisa Cáceres y Juan Bautista Arismendi se casaron el 4 de diciembre de 1814.

Al año siguiente las tropas del general Pablo Morillo desembarcaron en la Isla Margarita, que quedó sometida de nuevo al dominio español. Juan Bautista Arismendi consiguió escapar, pero Luisa Cáceres fue detenida por las autoridades españolas con el propósito de presionar a su esposo Arismendi, quien desarrollaba una feroz campaña contra las fuerzas españolas.

El gobernador de Isla Margarita, el español Joaquín Urreiztieta, no consiguió nada ni de ella ni de su marido, por lo que Luisa permaneció en la prisión de la fortaleza de Santa Rosa (donde tuvo a una niña que murió en el parto) hasta que fue trasladada a la fortaleza de Pampatar, de allí a La Guaira y finalmente, tras los triunfos de Arismendi y José Antonio Páez en Apure, a España (1816), donde también fue víctima de presiones para que renegara de sus ideas republicanas.


Luisa Cáceres de Arismendi, sin embargo, nunca abandonó sus ideales independentistas. Una vez en libertad, regresó a Venezuela en 1818, siendo recibida con honores de heroína, y continuó apoyando las ideas de libertad y soberanía del pueblo americano. Vivió en Caracas hasta su muerte. En reconocimiento a su lucha por la independencia de Venezuela, sus restos fueron sepultados en el Panteón Nacional en 1876.


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