domingo, 4 de febrero de 2018

Los Periodos Arqueológicos de Venezuela

Los tiempos precolombinos corresponden a una etapa prehistórica en la que se dieron distintos movimientos migratorios hacia el continente americano de grupos de personas que comenzaron a poblar. Desde tiempos muy remotos su territorio y cuyas culturas permanecieron inalterados hasta el año 1498 DC y que se conoce también como Época Prehispánica.
Se trata de una época anterior al uso de la escritura y por ello se sabe muy poco de lo ocurrido en aquellos tiempos salvo por las evidencias que se han ido encontrando a través de excavaciones arqueológicas que han permitido establecer cuatro períodos prehistóricos bien diferenciados.
·         Paleoindio
·         Mesoindio
·         Neoindio
·         Indohispano
Estos cuatro períodos permiten explicar la diversidad de grados de desarrollo de las sociedades indígenas en Venezuela hasta la llegada de los europeos y esta periodización no es precisa ni rígida ya que el inicio de un nuevo período no significa necesariamente la finalización de la anterior, ya que los grupos etnicos que poblaban Venezuela experimentaron líneas diferentes de evolución y desarrollo.

Período Paleoindio aproximadamente desde 15000a.C o 20000a.C al 5000a.C
Durante el período Paleoindio, hubo grandes cambios climáticos en Venezuela entre los años 15000 al 5000 AC en la que se establecieron grupos de cazadores que vivían al aire libre formando pequeños grupos que se establecieron en los valles montañosos y las costas del noroeste viviendo a base de animales grandes.
Los primeros pobladores de Venezuela procedían de Norteamérica y eran descendientes de las primeras migraciones provenientes de Asia y trajeron consigo instrumentos de piedra y una incipiente tecnología lítica consistente en golpear una piedra contra el núcleo de otra para obtener un filo tosco y lascas.
Las lascas eran trozos pequeños y delgados desprendidos de las piedras que con el tiempo se fueron modificando hasta convertirlas en instrumentos útiles como raspadores o cuchillos y también en esta época se trabajaba la madera, las fibras, huesos, el cuero y las conchas marinas.
Durante mucho tiempo estos primeros pobladores convivieron con una fauna de mastodontes, caballos, megaterios y cliptodontes a los que cazaban para subsistir mediante una técnica que consistía en acosar a la presa hasta aislarla para después proceder a matarla con palos afilados y artefactos de piedra enmangados.
Al pasar el tiempo, las grandes presas comenzaron a escasear y la población humana aumentaba por lo que fue necesario desarrollar técnicas e instrumentos más eficaces para cazar presas más pequeñas por lo que empezaron a desarrollar armas que podían ser arrojadas para herir a las presas de forma más eficaz que evolucionaron hasta la invención del arco y la flecha, que permitió al hombre del Paleoindio cazar a individualmente y matar presas a distancia por lo que las fuentes de alimentación aumentaron de forma que las aves, los peces, roedores y venados comenzaron a formar parte de la dieta común.
En cuanto a la unidad social por excelencia de esta época eran las bandas constituidas por un número de entre 12 a 35 miembros que a su vez se agrupaban en colectivos más numerosos que alcanzaban de entre 100 hasta 500 miembros, el nomadismo caracteriza su forma de vida y se dan entonces las primeras manifestaciones artísticas pintadas o talladas en huesos o piedras (petroglifos).
Período Mesoindio (5000/1000 AC)
Más tarde, en el período Mesoindio hubo una serie de cambios en las condiciones de vida debida a la desaparición de los grandes mamíferos por razones climáticas que propició el desarrollo de nuevas formas de subsistencia.
Esta situación no significó en absoluto la desaparición de las antiguas prácticas sino más bien se dio una situación de convivencia pero con un claro predominio de las nuevas formas de subsistencia que eran sustentadas por la abundancia y la estabilidad de los recursos del mar que favoreció el semisedentarismo y el surgimiento de culturas de pescadores y recolectores que basaron su subsistencia en la recolección de productos marinos, la recolección de vegetales y la caza de animales pequeños.
Sin embargo, se puede afirmar que la vida del hombre en esa época dependió esencialmente del mar por lo que se observa en este período una ausencia casi absoluta de instrumentos de cacería y por el contrario se da un amplio desarrollo de tecnologías para la pesca y recolección de recursos marinos como arpones de madera, anzuelos, pesas para redes e instrumentos de trabajo para fabricar cosas útiles como las canoas.
Se da un incipiente desarrollo de la navegación que permitió a la población extenderse y poblar algunas islas del Caribe que generó un modo de vida más estable en el territorio que permitió el desarrollo de formas primarias de agricultura que permitieron variar la dieta diaria y complementar la alimentación a base de productos marinos con vegetales cocidos o hechos a la brasa.
El desarrollo de la agricultura fue mayor en las zonas interiores alejadas de la costa donde fue más frecuente el estudio de los ciclos biológicos de recursos como frutas, semillas, miel, huevos de tortuga, granos, un dominio de los ciclos de abundancia y escasez, el desarrollo de conocimientos topográficos más precisos y la cerámica que favoreció el desarrollo de una estructura social recolectora que favorecía la unión de las bandas durante los períodos de abundancia y su división en tiempos de escasez.
Esta situación no fue general en todo el territorio, los grupos pre agrícolas convivieron junto con los grupos de pescadores-recolectores y cazadores hasta la llegada de los europeos y desarrollaron intercambios culturales y un sistema de trueque del que se beneficiaban todos mutuamente.
Período Neoindio (1000 AC/1500 DC)
En este período se produce un desarrollo de los asentamientos gracias al desarrollo de la agricultura que tuvo su máximo exponente en Venezuela con el desarrollo cultural de la tribu de los Timoto-Cuicas en la región de Los Andes, donde establecieron un intercambio cultural con el altiplano colombiano y los Andes centrales que les permitió desarrollar una cerámica simple, una arquitectura incipiente con la construcción de terraplenes para nivelar los terrenos para la agricultura y la creación de bóvedas(mintoyes) para guardar alimentos como los tubérculos y el maíz o enterrar a los muertos.
Sin embargo estos no fueron los únicos en dejar evidencia de construcciones artificiales ya que también en zonas de Venezuela como los Llanos occidentales y en riberas de diversos ríos a lo largo del país se ha encontrado evidencias de terraplenes, campos elevados, calzadas de contención de aguas para canalizar ríos, canales de riego y represas rudimentarias para almacenar agua.
En esta época, el sistema comercial por excelencia fue el trueque generalizado a todo tipo de productos tanto primarios como elaborados y se ha podido establecer que incluso existió una especie de red comercial en la que la zona de los Llanos jugó un papel destacado como eje de conexión comercial entre la zona de Los Andes con la costa Caribe y la cuenca del río Orinoco.
También se tiene evidencia de que se usó también caracoles de agua dulce como moneda y de la existencia de algunos puntos de importante intercambio comercial como el Mercado de pescado del Orinoco medio, el del curare del Alto Orinoco o las playas de tortugas del río Guaviare.
Durante este período la mayoría de los pueblos indígenas de Venezuela desarrollaron la alfarería como su principal manifestación cultural que se cree se inició durante el 900 AC en la desembocadura del río Orinoco aunque cada pueblo con el tiempo desarrolló técnicas de alfarería propias.
Así los primeros habitantes del Bajo Orinoco, desarrollaron una técnica conocida como la tradición Barrancas, caracterizada por el relieve o talla de imágenes y el uso de motivos con figuras de animales y bandas decorativas con incisiones geométricas repetidas.
Por otro lado, las sociedades indígenas que poblaron la costa central de Venezuela y la cuenca del Lago de Valencia entre los años 600 y 800 DC produjeron también una alfarería de gran calidad estética en la que predominaron figuras de animales como monos o ranas y las famosas Venus de Tacarigua, figuras que presentan una hipertrofia de la cabeza, el abultamiento de la región abdominal y los glúteos, y un atrofiamiento de los pies.
Otros grandes centros creadores de alfarería fueron:
· La región de Quibor, donde predominó la producción de boles e incensarios de carácter ceremonial y un particular diseño geométrico.
· Los Andes venezolanos, donde destacó la elaboración de figuras femeninas con rostros poco expresivos.
· La cuenca del Lago de Maracaibo con una alfarería de gran riqueza formal y decorativa.
· Los Llanos occidentales con una producción de vasijas de cuerpos convexos y de platos con base de pedestal.
En este período las formas de organización colectiva del trabajo se desarrollaron en el área del Orinoco, los Llanos, la costa centro occidental de Venezuela y parte de la cuenca del Lago de Maracaibo con la producción de alimentos basada en un sistema agrícola desarrollado en torno a la yuca que dependía del cultivo de tala y quema de terrenos, la caza, la pesca y la recolección de frutos.
En el caso de los Andes venezolanos, la organización social llegó a ser más compleja y el manejo de técnicas y recursos hidráulicos permitió un uso más eficiente de la tierra y un control político efectivo sobre la población gracias a una compleja vida ceremonial y una estratificación social con una estructura de poder centralizado.
Período Indohispano.
La institución indígena del Caciquismo como forma de gobierno ha sido determinante en el desarrollo social de los pueblos indígenas y logró sobrevivir aunque deformada tras la llegada de los invasores europeos a lo largo del Período Indohispano.
Muchos dirigentes indígenas defendieron sus territorios y cultura frente a invasores foráneos por lo que la figura del Cacique ha sido muy importante en las sociedades indígenas y sus hazañas de alianzas para resistir el avance de los conquistadores españoles en Venezuela son mejor conocidas que sus ascendencias aunque se supone que el Caciquismo se remonta a épocas anteriores a la colonización española.
El período Indio-hispano (1.500 D.C. hasta el presente) se ha caracterizado por el impacto de la conquista española en los pueblos aborígenes venezolanos, principalmente por la política de exterminio que adoptaron los españoles sobre los nativos y evangelización.
Los indígenas de Venezuela cuentan con los rasgos culturales resultantes de la fusión del elemento español, el africano y la raíz autóctona que pervive hasta nuestros días.
En la actualidad los pueblos indígenas están agrupados en 36 familias ubicadas en las zonas fronterizas de Venezuela, en las selvas y sabanas del sur del Orinoco, en las tierras lejanas de los llanos occidentales, o en zonas excepcionales como las que ocupan los cariña en la Mesa de Guanipa.
En el período Indio-hispano se pueden diferenciar dos vertientes en la arquitectura: la de agua y la de selva. A la arquitectura de agua corresponden los palafitos o casas construidas sobre la superficie marina (con bases en el fondo). A este grupo pertenecen las viviendas de las comunidades wayúu, asentadas todavía en el Lago de Maracaibo y la Laguna de Sinamaica (estado Zulia); y las casas del pueblo warao, en el Delta del Orinoco.
A la arquitectura de selva corresponde la churuata, una vivienda colectiva típica de los pueblos panare y piaroa, en el sur del Orinoco.
El elemento indígena en la cultura de Venezuela se manifiesta en las frases típicas de sus habitantes; en los nombres de pueblos, comidas y animales; en la música, costumbres y en las fiestas tradicionales.



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